Antecedentes de la Escuela de Estomatología de Barcelona

Abstract

Los profesionales dentistas, que a finales del siglo XIX iban consiguiendo -no sin dificultades- sus aspiraciones, querían unos estudios reglamentados y mejores que los que tenían hasta el momento, ya que a los Cirujano Dentistas no se les exigía ningun grado de estudio previo, dándose casos en los que el dentista no sabia ni escribir. Con ello no hacían más que reivindicar los derechos prometidos por el Gobierno en 1875 y que éste no había regularizado por escasez de recursos económicos. En este mismo sentido, el de reformar los estudios, fue el proyecto que se empezó a elaborar en Madrid en 1892 en una reunión en el domicilio de Colina. Hubo una segunda reunión los días 20 y 22 de diciembre del mismo año. En ésta, Florestán Aguilar leyó una Memoria en la que se pedía al Ministerio de Fomento y a la Dirección de Instrucción Pública, la reforma de la carrera de Cirujano-Dentista y se solicitaba un departamento o escuela odontológica en la Facultad de Medicina. Este proyecto fue presentado al Gobierno en 1894. El intento se quedo solamente en proyecto, ya que después de varios trámites, fue archivado y olvidado por la administracion. No hubo mejor suerte en Barcelona, donde en 1895, y gracias a la iniciativa del Circulo Odontologico de Cataluña se pidió la creación de una Escuela de Odontotecnia a través de la Diputación Provincial y a instancias de Mariano Batllés y Bertran de Lis, quien realizó las gestiones preliminares. Pero al igual que el proyecto anterior, este tampoco llegaría a realizarse. Eran aquellos momentos muy difíciles para España, que estuvo gobernada, alternativamente, por Cánovas del Castillo y Sagasta, hasta la muerte del prirnero en 1897, asesinado por un anarquista en el balneario de Santa Agueda. 1892 había conocido el despertar del nacionalismo catalán, que redacto las «Bases de Manresa» en las que se reclamaba para Cataluña, un Gobierno y Parlamento propios. Un año después Barcelona sufriría el terror de la violencia cuando el anarquista aragonés Santiago Salvador Franch hizo un atentado con bombas en el Gran Teatro del Liceo con el fin de atacar a la clase social burguesa. El desánimo reinó a partir de aquel momento.